Relato

“SIEMPRE QUE ESTE HOMBRE PASABA POR BRESLOV NO PERDÍA LA OPORTUNIDAD DE IR A VER AL REBE. PERO A MEDIDA QUE CRECIÓ EN RIQUEZA, MÁS TIEMPO LE DEDICÓ A SUS NEGOCIOS Y DEJÓ DE VISITAR AL REBE. CIERTA VEZ, MIENTRAS SE AFANABA POR BRESLOV CORRIENDO TRAS SUS NEGOCIOS PASÓ JUNTO A LA CASA DEL REBE. EL REBE NAJMÁN LO VIO PASAR Y LO LLAMÓ. MIRÁNDOLO A LOS OJOS LE DIJO, ‘¿HAS MIRADO AL CIELO HOY?’ EL HOMBRE LE RESPONDIÓ QUE NO LO HABÍA HECHO. LLEVÁNDOLO HASTA LA VENTANA LE DIJO EL REBE, ‘¿QUÉ ES LO QUE VES?’ ‘VEO CARRETAS Y CABALLOS Y GENTE QUE VA DE UN LADO AL OTRO’, LE CONTESTÓ. ‘CRÉEME’, LE DIJO EL REBE NAJMÁN, ‘DENTRO DE CINCUENTA AÑOS HABRÁ OTRO DÍA DE MERCADO, OTROS CABALLOS, OTRAS CARRETAS Y GENTE DIFERENTE. TODO ESTO QUE HOY ESTÁ AQUÍ YA NO ESTARÁ MÁS. YO TE PREGUNTO, ¿QUÉ ES LO QUE TE PRESIONA TANTO? ¿QUÉ ES LO QUE HACE QUE ESTÉS TAN OCUPADO QUE NI SIQUIERA TENGAS EL TIEMPO COMO PARA MIRAR AL CIELO?’ (KOJAVEY OR, PG. 41, #5).”

(LA HAGADÁ DE BRESLOV, PÁGINA 53).-